En sus escritos acerca de espiritualidad, el autor y filósofo Ken Wilber habla de un concepto base al que llama “la falacia pre/trans”. De manera muy resumida, lo que describe es nuestra tendencia a confundir la inocencia “ignorante”, pre-personal, de la niñez, con la inocencia despierta, trans-personal, de la iluminación - la confusión entre infantil y pueril; entre una manera pre-racional de pensar y habitar el mundo, y una trans-racional.
Cuando me propuse escribir The Space Within (El Espacio Interior), sabía que quería encontrar una manera de capturar la inocencia trans-personal del despertar espiritual y plasmarla en algunas de las historias y metáforas que utilizo para guiarnos de vuelta a nuestra naturaleza espiritual - el espacio interior. Quiero compartir hoy la primera historia que escribí para el libro con ayuda de una nueva laptop y una “pluma mágica” que podía escribir directamente sobre mi pantalla — “La Historia de Yo”.
Al principio, había un campo de posibilidad infinita y potencial puro llamado Mente Universal:
Después, en algún lugar de la Mente Universal, apareció el pensamiento de ti:
Ese pensamiento de ti se volvió consciente de sí mismo y se llamo ´Yo´.
Durante muchos años, Yo vivió feliz, jugando en el jardín del todo. Pero con el tiempo, empezó a separarse e individualizarse. Fue a la escuela y creció hasta convertirse en un ser humano independiente, libre pensador, empoderado; y fue haciendo su camino en el mundo, navegando de acuerdo al libro de las reglas que había acumulado a lo largo del camino y usando la disciplina y la voluntad como su principal motor.
Yo se volvió muy fuerte, y disfrutaba ejercitando sus músculos y desarrollando su ´poder personal´. Se le olvidó por completo la Mente Universal que alguna vez había sido su compañera inseparable:
Con el tiempo, Yo empezó a tener dificultades, como todos nosotros. Se sentía solo e inseguro, y hacía todo lo que estaba en sus poder para asegurarse de que nadie pudiera ver a través de su máscara. No es que estuviera teniendo una mala vida, por lo menos no la mayor parte del tiempo, pero algo le faltaba.
Un día, Yo escuchó hablar de algo llamado ´el infinito´. Sonaba muy importante y muy grande, y las descripciones de la inmensa paz que se podía sentir cuando uno tocaba el infinito sonaba como lo más hermoso que Yo había oído jamás.
Pero Yo era demasiado inteligente como para caer de nuevo. Después de todo, los escritores del libro de las reglas que vivían en la cabeza de yo ya le habían dicho todo lo posible sobre un ser supernatural que vivía en el cielo. Puesto que muchas de las cosas que Yo había escuchado después de haber nacido habían resultado ser falsas, Yo le dio la espalda a esa imagen del infinito y siguió su camino, cada vez esforzándose más, pero orgulloso de su autonomía y su habilidad de pensar por si mismo.
Hasta que un día… Yo conoció el infinito.
No se parecía en nada a la imagen que Yo había fabricado en su cabeza, y sin embargo le parecía extrañamente familiar:
Para la sorpresa de Yo, mientras más tiempo pasaba en el infinito, más mejoraba su vida. De hecho, pasar tiempo en el infinito se sentía como volver a casa, una casa que Me ni siquiera recordaba. Pronto, Yo y el infinito pasaban todo el tiempo juntos:
Con el tiempo, Yo empezó a pensar menos en sí mismo, y menos en términos de ´Yo´ y más como una gota en un inmenso océano:
Hasta que un día, Yo desapareció. Algunos dijeron que Yo había muerto, otros que Yo se había iluminado. Pero el potencial infinito de la Mente Universal permanece hasta hoy en día…
Con todo mi amor,
Para accedere al texto original: https://www.michaelneill.org/thestoryofme/
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